Es curioso pero cada refrán, tiene su opuesto. “A
quien madruga Dios lo ayuda” se le opone “No por mucho madrugar, amanece más
temprano”. Indica 2 límites elásticos de relacionarse con el día, con su tiempo
de vigilia y de sueño que invariablemente lo compone desde la noche de los
tiempos. Extremos y medianas que el hombr@ también desde siempre, transladó a
las otras unidades como la Lunación, el Año, incluso la Era.
En relación a ésta, aunque más bien con la que vendrá,
muchos se identifican con los 2 refranes: se preparan para ella al tiempo que
generación tras generación, ya que no viene de hoy, - viven en la desesperanza
por no ver un mundo, una humanidad distinta a la medida de sus paradigmas.
También pasa que en el decorrer de las generaciones,
la que le sigue siempre contradice a la que precedió. En ciertos tiempos, con
más ruptura que en otros, para mayor drama de los que corren tras los
paradigmas, es decir, tod@s, en todo tiempo y lugar.
La imagen de los camelleros que atraviesan el desierto
en Arabia, no difiere desde hace siglos, sin embargo un dicho beduino dice:
"los hijos se parecen más a su generación que a sus padres"
esto no quita que sigan andando en camellos…
Son móbiles muy humanos, muy permanentes y quizás por
imprecisos y oscuros tienen un peso enorme en el bienestar y la salud de cada
cual, travestidos y entremezclados en los problemas que padecemos, los “que nos
quitan el sueño”, con éste sabido es, no
se puede jugar.
Un
30% de la población española tiene problemas prolongados de sueño, lo que ha aumentado en estos 6
últimos años, así como el insomnio o el mal dormir, que llega a más gente de toda
edad, elevándose en mujeres por la ansiedad, y en el caso de allegados a gente
en paro más que en éstos.
No hay ningún rincón en el mundo donde no se encuentre
algo para dormir o el inevitable contrario “para mantenerse despierto”, un
mundo inclemente también para los que se pasan de la raya durmiendo.
La paradoja es que, un mundo “dormido” desde siglos te
quiere ver al 100% de tus prestaciones apenas te levantes hasta que te acuestes
nuevamente, sin perdón si te pasas de las 6h a 8h establecidas para ello.
Desde la perspectiva de PUNTO 0, (y no podría ser de
otra forma), al dormir que ocupa prácticamente un tercio de cada existencia, se
le da la atención que merece pero en principio con algunas variantes que
sugiere su estructura.
El puntagrama señala muy bien los tiempos sociales y personales. El tercio del círculo que ocupa de 22h a 6h (o sea 8h antes de la salida del Sol) es el más generalizado, o el de 6h, ocupando el cuadrante nocturno, para dormir.
Los hay también que van de 0h a 8h, entre ellos según
estadística, a las 8h (o sea 9h a 10 según cambio horario: la 1ª punta tensa): los
pacientes terminales, los que comienzan así el sueño eterno.
En el ciclo de 6 realces, el 1º se da de 7h a 9h, y es
de tipo efervescente, intranquilo. Aquí la gente pone la carne al asador para
“su día” y el cruce de ondas se incrementa tanto como la luz solar, ya que es tan inevitable que tú pienses en
otros en tu esquema, como los otros lo hagan sobre ti.
Se producen los contrastes, entre lo consciente o
inconscientemente planeado para el día antes de dormir, y lo que las
circunstancias externas o el mismo sueño desvió o invita a hacerlo. Esto pasa
también en los niños, quienes tienen, promedio, una mayor cantidad de
decisiones que un adulto 100 años atrás.
Seamos sinceros: encima que planeas a quién matar o
quién te puede matar hoy, con quién vas a tener el drama o la comedia, con la
radio o la tele se te cruza el espejo que casi invariablemente, toda la
humanidad consulta antes de salir… Al ser “la hora del espejo” encima radios y
tele con sus spots subliminalmente vienen a recordarte lo que más molesta
recordar…
Se puede decir que, los que se levantan con el Sol o
poco antes, tienen más tiempo neutro de ondas que le permiten aterrizar en el
día con más fluidez, que aquellos que lo hacen desde 1h o 2h después de
amanecer, con ese primer énfasis de 6. También hay estudios que dicen que son
menos dados a “animarse” con radios y teles.
También teóricamente comienzan su día con más
mordiente los que se despiertan y levantan 3h después del Sol ya que lo hacen al acabar el lr. énfasis de 6 y comienza el lr.
énfasis de los 4 diarios. El todo pasando a la mitad de un tattwa de Marte.
A 10h, hace un buen armónico con la salida del Sol, un
sextil. Lo usan en especial los
geriátricos para el desayuno y el comienzo de actividades, siendo también
recomendable, estas 4h a partir del amanecer, para mucha gente que sufre
trastornos diversos, lo que no siempre claro está, se lo pueden permitir.
Aquí se ubica entre los que inician la jornada laboral
temprano, la tradicional institución española del “bocadillo”. Claro que la
quieren desterrar en aras de “lo necesario”, pero se haga en solitario o en
conjunto, sirve para mucho porque ayuda a reequilibrar el rumbo de los
problemas que previamente trajo el día, si bien el bocadillo o la tapa, puede
ser un “equilibrador” en cualquier momento del día. Las amas de casa también “tienen su pausa para el bocadillo” a la hora de las compras, en el
aspecto social que tiene el hecho de hacerlas y a falta de salir, la reunión
casual frente a la máquina de café en muchas dependencias.
Los 3 aspectos pudiéndose traducir como:
135: irritación, molestias / 144: cuidados físicos /
150: ajustes (de acuerdo a los
2 anteriores).
En cuanto a la hora de ir a dormir cada noche, desde
luego no hay baremos fijos, pero es dable pensar que el Sol pasando por el
Fondo del Cielo del lugar, traza una raya muy pronunciada para una gran
mayoría, habiendo a más tántas formas de entretiempos entre acostarse y dormir
como personas.
Es un hecho cada vez más generalizado de gente que se
despierta a mitad de la noche, con un pico en la mitad justo entre medianoche y
amanecer, o sea 3h antes de amanecer, cuando comienza el último énfasis de 4,
(la última punta tensa), mientras que otras, por ej. que estudian, pasan
al sueño aprovechando el énfasis
nocturno. Se comprobó que dormir 2h o 3h antes de amanecer, es bastante
compensatorio en relación a más horas de sueño, sólo a condición de levantarse
al amanecer.
Esto puede ser un ensayo para los del primer caso,
aceptar con calma 1h de vigilia y procurar dormir estas 2h antes, (el armónico
12 y último desde el Sol) aunque su intención primera tal vez fuese dormir más
allá, lo que ya sería, contraproducente.
Sabemos que del sueño, los sueños y el dormir, se dijo
de todo. Algunos argumentan que despertarse en el último énfasis diario,
puede ser señal de viajes astrales especiales que tienen esta franja horaria.
El armónico 11 está en juego, especialmente la 1ª parte, de 4h a 3h antes de amanecer, una hora positiva
o yang, que puede muy bien relacionarse con
“visita” a entidades protectoras según los procesos que se van pasando.
Una forma de comprobación es que puede darse por un tiempo y después finalizar,
sin que dependa de situaciones personales que puedan provocar tanto la ida
como la vuelta de esta “anormalidad”.
Todo lo dicho sobre las puntas se agudiza como es de
suponer, cuando, sea al amanecer de un lugar dado, o por tránsitos, como el de
la Luna sobre las puntas, en especial las tensas, el Sol cae en armónico tenso
con algún planeta.
Ya desde la perspectiva del PUNTO, agregar que la ley
de polaridad también cuenta en el dormir. Es más obligada en aquellos que por
razones laborales trabajan de noche que por tiempos la utilicen para dormir,
pero es sano también que sea consentida en los durmientes nocturnos, de dormir
cada tanto en horas diurnas, que por un lado, contribuye a la higiene y al
equilibrio mental por otro coopera que uno sea el gerente de su tiempo, que
debe estar al servicio de las propias necesidades. En muchas ocasiones, la
Seidad se las arregla para que así, pase. Recordemos a Gurdjieff, por eso de
que una cosa es tratar, leer, zappear, pontificar sobre trabajo interior, bien
otra es realizarlo, “en el día a día”.
"ERES, LO QUE PIENSAS DEL TIEMPO. MÁS AÚN: ERES, CÓMO USAS TU TIEMPO"
Nos queda para otra ocasión ver ciertas
relaciones entre los hechos astrales
y la posibilidad de usarlas tanto para
dormir como para levantarse.