lunes, 8 de abril de 2013

"Sobre la ciencia-arte de levantarse de la cama"


Tratabamos en una entrega anterior:  “Día internacional del Sueño”, las maneras de tomar un día, lo que se conoce como horóscopo diurnal, sea general o personalizado.
Bajo la opinión de  que “el día empieza cuando uno se levanta” también se hicieron ensayos y pruebas, con el fin sea de propiciar o desacentuar un cielo diario dado.  

“Yo no puedo crear la ocasión, pero puedo utilizarla cuando pasa”
dice un viejo refrán taoísta. 

Un antecedente quizás está en cuándo uno comienza un viaje, por ejemplo, ya que si se hace en un medio público: tren, avión, etc., el viaje “colectivo” comenzará cuando tal medio parta. El tema se supone hablará de los pormenores de dicho viaje y las relaciones del tema personal con este “horario” pueden sacarse a partir de él. 
La otra asepción del comienzo “personal” del viaje, dice que es cuando uno parta de un lugar dado, en suponer el propio domicilio, para dirigirse al lugar donde se tenga que partir de forma colectiva. También en ocasiones, hay que contar que a veces se parte del lugar del trabajo con la maleta.  En este caso, el momento de la partida sería éste. Puede haber un entretiempo en que voy desde casa o el despacho con la maleta, a tiendas, bares, etc., pero sólo quedará como pormenores previos. En Astrología, esto nos basta, en Feng Shui cualquiera sea la escuela, éste será el momento del viaje pero ¡bueeenoooo! Cantidad de recetas antiguas que lo hacen prácticamente un ritual. Podemos retener 3: aunque haya que hacer un desvío, conviene salir por una dirección personal favorable y nunca hacerlo por la dirección contraria a Júpiter, ni a pié, ni en vehículo, sin  olvidar un pensamiento favorable, oración, etc.
Volviendo a “cuando uno se levanta”, -que por vía de hecho sería el equivalente,- la condición obviamente es no volverse a acostar y seguir “viajando” por el día tal como se hace a la hora acostumbrada de levantarse cada día, si uno “elige” previamente un momento dado para hacerlo.
Para esto sólo es necesario conocer el cielo del día y relacionarlo con el propio tema.
Desde luego levantarse antes de que esté el Sol en el horizonte, siempre dará el Sol en C.1, de antiquísima fama independientemente de otros factores, de ser bueno para la salud, el rendimiento general, etc., - mientras levantarse después, ya cuando el Sol caiga en C.12, se deducirá que si es de inveterada costumbre, lo menos que se puede decir, es que en principio, no es mejor que la primera posición.
Hay tiempos en que mayormente Mercurio y/o Venus se levantan antes que el Sol. la cosa iría entonces con levantarse el tiempo antes del amanecer en que éstos, sea se levanten, o al menos queden en Casa 1 del “diurnal”, pudiéndose decir lo mismo que en el caso del Sol en Casa 1: en principio es mejor que Mercurio o Venus queden en Casa 1 del diurnal, quizás también el Sol caerá en Casa 2.
También desde luego hay que observar si algún planeta culmina o se pone en el lugar y claro, yo puedo “utilizar la ocasión” para levantarme si tal planeta considero oportuno tenerlo arriba o abajo en mi diurnal. 
Por el resto queda ver las relaciones que se dan con la natividad. Las de los planetas del día con los míos no los puedo cambiar, sí puedo variar por ej. la domificación, en esp. los ángulos: AS y MC del tema elegido, en suponer haciendo que tengan buenas relaciones con factores natales u otros transitantes.
Una variante a todo esto que podemos agregar desde PUNTO CERO, -ya que es la manera de dividir en tiempo en el día,-  es escoger un tattwa favorable o en lo posible evitar que el planeta regente del tattwa del salir de la cama, no esté mal aspectado. 
Valga decir que lo que pretendemos en definitiva es explorar al máximo las potencialidades de los días, desalojar de nuestra mente esa costumbre de tomarlo finalmente como “un día más”, que es muy contrariamente tanto para la vida “necesaria” y más aún para la vida “útil”. 
Sólo acabar con lo que decía Engels: “Más vale una onza de acción que una tonelada de palabras”, lo que Volguine, respecto a la Astrología, (siendo la Occidental como es o se volvió, de “sistema abierto”) afirmaba más o menos así: “El astrólogo es aquel que pasa la mitad de su tiempo probando lo que funciona de lo que no”.
 

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